Por Paulina Madrigal
El pasado 8 de septiembre, el Ejecutivo envió al Congreso el Proyecto de Presupuestos de Egresos de la Federación. Lo único que constatamos es que el presupuesto se hizo nuevamente de manera inercial y con prioridades bastante cuestionables.
Hoy en día, los criterios de elaboración del presupuesto siguen siendo opacos a pesar de los supuestos esfuerzos por transparentar dicho proceso. La ciudadanía no cuenta con mecanismos de evaluación que permitan monitorear el gasto público. Sin embargo, basta con preguntarnos si los servicios públicos han contribuido a una mayor calidad de vida con relación al año pasado, y con el año anterior, para justificar que se gaste cada vez más.
Hace 10 años se nos hablaba del Presupuesto Basado en Resultados (PBR), modelo promovido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con la finalidad de que los gobiernos ejerzan mejor los recursos. Desde el 2007 se empezaron a evaluar los programas presupuestarios por evaluadores externos. La cantidad de programas sometidos a seguimiento y evalúo han variado cada año, y desde entonces, van de 30 programas calificados en el 2007 hasta 228 en el 2015. Este año, 2017, únicamente 7 programas aparecen otorgados a un evaluador.
Si bien los informes pueden ser consultados en línea, no se sabe cuál es la conexión entre el resultado (muchas veces poco legible) y el impacto en la elaboración del ejercicio siguiente. En otras palabras, de poco sirven estos informes para justificar el gasto ejercido y la estimación de presupuesto necesario para el año +1. El Sistema de Evaluación del Desempeñó (SED) puesto en marcha es una etapa adicional que representa mayor trabajo/burocracia y gasto sin garantizar por lo tanto mayor rendición de cuentas y control. En realidad, resulta imposible verificar la evaluación por ramo, inclusive por programa. La última actualización del Programa Anual de Evaluación disponible es del 2015, lo cual hace evidente que no hay evaluación considerada para el cálculo del PPEF de 2018.
En efecto, el PBR es un método bastante ambicioso puesto que se tienen que establecer métodos, procesos, actores y estándares de evaluación. Pasan los años y las evaluaciones no rinden fruto en cuanto a la optimización y transparencia en el empleo de recursos se refiere. Por el contrario, gracias a medios periodísticos se destapan escándalos de corrupción a todos los niveles de gobierno.
El Presupuesto con base cero, propuesto en el 2015 por la administración de Enrique Peña Nieto tampoco ha garantizado mayor transparencia y control. Además, es poco creíble que en un año se haya logrado empezar de cero las estimaciones de todos los programas federales.
El Proyecto de Presupuesto de Egresos (PPEF) 2018 no es ni uno ni otro, es un cálculo meramente inercial que refleja la falta de estrategia y rumbo del gobierno. Las prioridades resultan controvertibles y desafortunadamente no contamos con la confianza de que el Poder Legislativo hará ajustes después de realizar un verdadero análisis en el momento de la aprobación del paquete, cabe mencionar que, en principio, este debería ser su rol.
La Ley de Ingresos será aprobada por la Cámara de Diputados el 20 de octubre y por la Cámara de Senadores 31 de octubre. La aprobación del PPEF por parte de la Cámara de Diputados está previsto para el 15 de noviembre.
Estemos alerta de esta etapa porque es momento de confirmar las prioridades del paquete presupuestal. Contactemos a nuestros representantes para que sepan que estamos pendientes de tener un presupuesto representativo. Aunque esto parezca utópico, es a través de la comunicación que podremos vigilar nuestros intereses como ciudadanos.
El monto total del PPEF 2018 es de 5.92 billones de pesos, es decir, un aumento del 8% (0.5 billones de pesos) con respecto al presupuesto aprobado de 2017. En la tabla siguiente se pueden apreciar las variaciones principales del PPEF 2018 vs 2017.
De los 48 ramos de la administración, los que tuvieron mayor aumento en el presupuesto son: la Deuda Pública, Entidades y Municipios, CFE, Seguridad Social, IMSS, Defensa Nacional, Adeudos fiscales de ejercicios anteriores; y sí, el INE pasó muy por encima de importantes rubros como desastres naturales (que se encuentra dentro del Ramo de Gobernación), esto a pesar de haber presentado el PPEF después de los temblores y huracanes ocurridos en el transcurso de las últimas semanas.
Además, los ramos de Ciencia y Tecnología, Cultura, Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, Comunicaciones y Transportes, sufrieron una disminución de recursos. ¿De verdad podemos decir que son los rubros que requieren menos dinero?
¿En dónde está nuestro proyecto de Educación sin un apoyo claro a la Ciencia y Tecnología que lo respalde?
¿En dónde está el desarrollo si el financiamiento de proyectos de infraestructura deja paso a otras partidas y dan paso a otras como las relacionadas con Partidos Políticos?
¿En dónde está el apoyo al campo en esta fase de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)?
El presupuesto global aumenta sin antes haber garantizado la buena ejecución de los recursos adquiridos. Como ciudadanos no tenemos ningún medio de verificación sobre cómo se gastan los impuestos y bajo qué criterios se definen las prioridades. Lo que es más importante aún, se percibe menos seguridad, servicios públicos ineficientes y una desigualdad latente. Es decir, no hay resultados.
De ahí el surgimiento de la idea del presupuesto participativo. Este tipo de presupuesto consiste en la propuesta de ciudadanos de programas específicos a los que se dedique el gasto público. Las propuestas se someten a votación y así se construye la cartera de gasto público. Este tipo de iniciativas ya se llevan a cabo en la Ciudad de México. Por el momento no se ha constatado mayor progreso debido a la falta de difusión y por lo tanto participación ciudadana.
Sea la metodología que sea, no se debe perder de vista que el principio de la elaboración de un Presupuesto es la optimización de recursos para lograr objetivos planteados en una estrategia. Todo esto de manera transparente y controlada. Estimados gobernantes, hace falta una clase de Administración I, y un recordatorio de que están para representar los intereses ciudadanos y no partidistas.
Para entender mejor el reparto del Presupuesto de Egresos te dejo aquí el siguiente gráfico:
Paulina Madrigal
Twitter: @unatalpau
Un comentario en “Mayor presupuesto para 2018, aunque no haya resultados”