Por Paulina Madrigal
El pasado 8 de septiembre, el Ejecutivo envió al Congreso el Proyecto de Presupuestos de Egresos de la Federación. Lo único que constatamos es que el presupuesto se hizo nuevamente de manera inercial y con prioridades bastante cuestionables.
Hoy en día, los criterios de elaboración del presupuesto siguen siendo opacos a pesar de los supuestos esfuerzos por transparentar dicho proceso. La ciudadanía no cuenta con mecanismos de evaluación que permitan monitorear el gasto público. Sin embargo, basta con preguntarnos si los servicios públicos han contribuido a una mayor calidad de vida con relación al año pasado, y con el año anterior, para justificar que se gaste cada vez más. Seguir leyendo