La crisis del PRI después de las elecciones de 2018

Meade ha sido el candidato que peores resultados le ha dado al PRI en toda su historia, superando los pésimos dividendos entregados por Labastida en su derrota ante Fox. ¿Logrará regresar en seis años como lo hizo para llevar a Peña a la presidencia? Déjanos tu opinión al terminar el artículo. 

Por Juan Pablo Aguirre Quezada

“Bajo un sol que aparenta comenzar otra edad obreros, campesinos, pueblo; van ocupando México. Parece que es la revolución…

No: son acarreados que trajo el PRI a aclamar al Presidente”

José Emilio Pacheco

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) obtuvo su peor resultado electoral de sus casi 90 años de vida en los pasados comicios del 1 de julio. Para la Presidencia de la República, el tricolor únicamente logró 16.4% de las preferencias, en coalición con los Partidos Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (PANAL).

Asimismo, fue derrotado en las nueve gubernaturas disputadas y no pudo refrendar sus gobiernos en Jalisco y Yucatán, perdió los 12 Congresos locales de las entidades federativas donde gobierna, además de quedar como quinta fuerza en la Cámara de Diputados para la próxima legislatura, para contar con aproximadamente 40 diputados federales en vez de los 204 que actualmente tiene. Además, en el Senado de la República pasará de ser mayoría con 55 senadores que tiene actualmente, a tercera fuerza con un máximo de 21 con la coalición señalada.

El PRI tuvo un voto de castigo debido principalmente al hartazgo social de la corrupción de diferentes gobiernos estatales de sus representantes, falta de confianza por parte de la ciudadanía y el costo de las reformas. Esta crisis es más severa que las vividas en 2000 y 2006, aún cuando en la década de los ochenta Octavio Paz en su libro “el ogro filantrópico” señalaba que su discurso estaba ya agotado ante las necesidades de la sociedad mexicana.

Sin embargo, el mismo Octavio Paz reconocía la labor de este partido en la historia moderna de nuestro país al señalar que “nadie puede entender a México si omite al PRI”. Por tanto, pese a la disminución de los cargos de representación popular, el tricolor continuará como una fuerza política importante en los equilibrios del poder en México, y quizás como oposición responsable o partido bisagra estará presente en las decisiones trascendentales de los próximos años.

No obstante, el PRI deberá readaptarse a las nuevas realidades y realizar trabajos de renovación a fin de ser atractivo para el electorado, o estar condenado a perder aún más fuerza política y pasar de ser un partido minoritario a una crisis mayor. Por lo que su militancia deberá esforzarse tanto al interior de la institución como hacia la sociedad a fin de dar respuestas a los desafíos que atraviesa México.

La oportunidad de una renovación del PRI la tiene a la vista, y es un buen gobierno en las 12 entidades que aún gobierna (Campeche, Coahuila, Colima, Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Oaxaca, San Luis Potosí. Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas). De no corregir los problemas demandados por la sociedad como la corrupción e inseguridad en estas demarcaciones, el tricolor ahondará en su crisis durante los próximos años.

La idea de refundar al PRI ha sido un tema en la agenda de la opinión pública en las semanas posteriores a las elecciones de julio de 2018. En este contexto este partido deberá reflexionar acerca de la vigencia de su ideología respecto a los nuevos tiempos que vive la sociedad mexicana, y quizás valorar lo que decía Octavio Paz, de que su discurso y función histórica están agotándose, por lo que este instituto político debe realizar los cambios pertinentes para seguir siendo una opción de servicio para la población.

@realjpaguirre

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