PRIngaderas y EPNdejadas

Por Óscar Cuevas

Terminó 2017 como el año más violento en la administración de Peña Nieto. El 2018 promete ser un año convulso entre las elecciones y la lucha contra el narco. Además de que el gobierno en turno parece estar más preocupado por la imagen que da al exterior y ha preferido censurar, por la vía legal, a los ciudadanos. Volvemos al 68. Pueblo, no nos abandones. 

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Ciudadanía imaginaria

Por Óscar Cuevas

Son unos hijos de la chingada. ¿Ya viste cuánto dinero les van a dar a los partidos políticos?. Pregunta un usuario del sistema de transporte colectivo metro a otro. Su indignación es compartida por quienes le acompañan. Acto seguido empujan con todas sus fuerzas para lograr ascender al vagón, como todos los días, en hora pico.

Llegarán a sus oficios a realizar exactamente las mismas actividades que han hecho durante años o generaciones. Su indignación pasa en cuanto suben al metro y comienzan a reír con las insufribles ilustraciones de los periódicos amarillistas. México y su clase obrera, la misma que ha sido explotada desde que este país se conformó. Seguir leyendo

Un gobierno de re-presentación priísta

Por Óscar Cuevas

El gobierno democrático ha puesto siempre el acento en la representación. En la época clásica era casi imposible que un buen ciudadano no se ocupara de los asuntos públicos. Recordemos que para los griegos, la ciudadanía era mucho más restrictiva de lo que es ahora para nosotros, por ello, era completamente probable y posible para los ciudadanos libres varones acudir a las asambleas y participar en las discusiones. Seguir leyendo

Hoy, México, hay que despertar.

Por Óscar Cuevas

Cambio la foto de mi perfil. Expongo a uno de los tantos cadáveres del gobierno neoliberal mexicano. Inmediatamente viene a mi cabeza una idea que me molesta. Como una especie de llaga que se encuentra en ese lugar que no logras alcanzar. ¿Estoy contribuyendo a la banalización de la violencia? Con un simple clic descontextualizo el problema. Lo expongo sin racionalizarlo. Otros verán la foto y me pedirán que la cambie por mi disfraz del día de los muertos. O tal vez por aquella en la que todavía estabas tú, en mi departamento. Comiendo un domingo cualquiera. Seguir leyendo