Por: Mónica Alejandra Espinosa González.
Parece que se ha hecho costumbre de un tiempo para acá empezar cada año con desastres naturales y potenciales amenazas de guerra, ésta vez Rusia y Ucrania exponen tensiones ante la comunidad internacional, tensiones que se ven materializadas rápidamente al ser Rusia quien ha mandado a sus tropas a la frontera de Ucrania y Crimea.
El presidente Biden ha enviado un comunicado de prensa a Vladimir Putin informando sobre las posibles fuertes sanciones que se haría acreedor si es que decide atacar Ucrania (tanto si es un ataque de alta o baja magnitud), pero, ¿por qué una movilización tan rápida de militares? ¿Se trata de una táctica de coacción o realmente es inminente un ataque militar? ¿Qué roles jugarán los países de la OTAN y sus aliados?
Erróneamente nos limitamos a pensar que los problemas internacionales en general no afectan el ámbito local de las naciones, sin embargo, la relevancia de los vínculos diplomáticos entre Rusia y E.E.U.U. tienen una larga historia y México probablemente tendría mucho que ver en el apoyo que pudiera brindar con Estados Unidos si se desata un altercado mayor.
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Vladimir Putin ha creado una estrategia de ofensiva militar del lado ruso hacia la frontera de Ucrania y desde Crimea- donde desde 2014 tropas rusas se adentraron a la península para brindar “soporte” a “prorrusos”, a lo que se especula que Rusia tiene preparados pasaportes rusos para entregarles a los rebeldes de Crimea y en todo caso, defender a los suyos ante cualquier provocación de Ucrania- dejando libre la frontera con la Unión Europea, aunque cualquier movimiento el falso podría considerarse como motivo para responder con ataques militares. La coacción desmedida hacia Ucrania es por las peticiones de Putin hacia la OTAN, exigiendo que no permitan que Ucrania se una a la alianza del Atlántico, con el motivo de que están armando al exterritorio ruso con armamento militar y nuclear de manera desmedida e innecesaria.
Rusia busca garantizar su propia seguridad nacional, exige una continencia de la alianza, es decir, que no se extiendan los lados hacia el este y poner fin a la actividad militar en Polonia, Repúblicas Bálticas de Estonia, Letonia y Lituania, evitar el despliegue de misiles en Polonia y Rumania, así como un acuerdo con Estados Unidos para prohibir que manden armas nucleares más allá de sus territorios nacionales. Si bien, también se especula que la intención oculta es recuperar territorios, no podemos ignorar que Rusia es un país que ha puesto especial atención a la vertiente militar y por caracterizarse en tener perspicacia en la toma de decisiones sobre los tratados y acuerdos de los que forma parte.

Pero más allá del abanico de verdaderos motivos, la cuestión es que, en éstos momentos, Rusia tiene una compleja ofensiva estratégicamente localizada y potencialmente peligrosa para la seguridad ucraniana con consecuencias internacionales preocupantes. Como primeros síntomas veríamos el impacto en las divisas, fondos de inversión y el alto en proyectos económicos con Rusia. Dependiendo de la estrategia y el impacto del ataque (el cual, aun no es inminente) es definitivo que los países tendrían que tomar un bando o formar agrupaciones para salvaguardar intereses políticos y económicos.
En el caso de México, a pesar de que parecería que América Latina está fuera de lugar, tiene la carga diplomática de buscar la paz, al ser integrante no permanente y habérsele otorgado la oportunidad de la presidencia en el Consejo de seguridad de la ONU, México demostró en su momento el respaldo a Ucrania tras el ingreso de tropas rusas al territorio de Crimea, mismo apoyo que Estados Unidos ha brindado al país en disputa, por lo que, políticamente hablando, lo natural sería que México tenga un rol de apoyo para Ucrania, aunque quedaría por ver si no existe algún tipo de apoyo hacia Rusia, esto por los acuerdos políticos, económicos y de salud que se llevaron a cabo por parte de México desde el inicio del nuevo gobierno.

Sin duda alguna, la mejor vía es la negociación, tomando en cuenta las magnitudes de las consecuencias, sin embargo, todo parece indicar que no se ha podido llegar a un punto más o menos medio y toda guerra, grande o pequeña, refleja de manera inmediata un impacto negativo en la economía, la geopolítica y en los flujos migratorios. Los siguientes días no solo los miembros de la OTAN se verán obligados a buscar alternativas, sino que, a muchos otros, como México prever los daños colaterales.
Un análisis certero y profundo de la realidad. Somos auténticas marionetas ante cualquier tipo de poder. El poder de la comunicación importantísimo para manejar el pensamiento. Todos deberíamos ser conscientes. Parar y analizar más allá de lo que nos quieran contar. Ponerlo todo en cuarentena. En tela de juicio. La duda, siempre la duda de todo lo que nos informan. Muy importante post. Un saludo.
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