Por Juan Pablo Aguirre Quezada
“Una gran democracia debe progresar o pronto dejará de ser o grande o democracia.»
Theodore Roosevelt
Diferentes estudios de opinión pública han evaluado bajo a México en las actividades de gobierno y elecciones en los últimos meses respecto a mediaciones anteriores. Recientemente, la firma Economist Intelligence publicó el Índice de Democracia 2021, en el que México bajó de categoría al situarse “de “democracias defectuosas” a “regímenes híbridos”.[1] Es decir, de cuatro clasificaciones (democracia completa, democracia defectuosa, régimen hibrido y autoritarismo), nuestro país está incluido en el tercer sector, ocupando el lugar 86 de 167 naciones evaluadas.
Esta evaluación calculó la calificación de la democracia mexicana en 5.57 puntos en una escala de uno a 10; lejos del puntaje obtenido por Noruega -líder en la medición- con 9.75. La calidad de estos procesos nacionales en América Latina ubicó a nuestro país por debajo de otras demarcaciones como Uruguay (8.85); Costa Rica (8.07) -únicos países con democracia completa de la región-; o de las naciones clasificadas como democracias defectuosas como Chile (7.92); Trinidad y Tobago (7.16); Jamaica (7.13); Brasil (6.86); Panamá (6.85); Surinam (6.82); Argentina (6.81); Colombia (6.48); República Dominicana (6.45); y Perú (6.09). Incluso Paraguay. Ecuador, El Salvador -considerados como regímenes híbridos- obtuvieron una mejor calificación que México.
El estudio realizado por The Economist Intelligence también destaca como principales ventajas de la democracia mexicana la participación política (7.22), así como la realización de procesos electorales y el pluralismo (6.92). En tanto, los aspectos en que nuestro país no obtiene una calificación aprobatoria son las libertades civiles (5.59); el funcionamiento del gobierno (5.00) y la cultura política (3.13).
Esta investigación también ubica a México con el indicador más bajo desde que se realiza esta medición en 2006. En comparación, los años con una mejor calificación fueron 2010 y 2011 con 6.93. Además, este proceso de degradación del índice de la democracia en nuestro país ha sido una constante desde 2014 (6.68), hasta llegar al peor resultado en 2021 (5.57), lo cual puede observase en la siguiente tabla:

Las y los ciudadanos esperan de la democracia condiciones que permitan un mejor desarrollo humano, con mejoras en rubros como salud, empleo, educación o vivienda. También esperan un gobierno honesto, con transparencia y rendición de cuentas, que sea capaz de generar un entorno de paz con respeto a las libertades como de prensa o expresión. Este tipo de evaluaciones son instrumentos que coinciden con reclamos de la opinión pública en cuanto a las acciones de gobierno realizadas por las administraciones de los tres niveles: nacional, estatal y municipal.
[1] Economist Intelligence. Índice de Democracia 2021. Pp. 7 – 8. Disponible en: https://www.eiu.com/n/campaigns/democracy-index-2021/ (fecha de consulta: 23 de febrero de 2022).