Por: Mónica Alejandra Espinosa González.
Día tras día y minuto a minuto se transforma el contexto del conflicto de Ucrania y Rusia, en el momento en el que se hacen las declaraciones y se estudia el contexto, salta un nuevo elemento que modifica las cifras y las proyecciones políticas y económicas, las consecuencias y daños colaterales han afectado de manera casi inmediata y dentro de un contexto donde los claro oscuros se mueven tan rápido, lo que generan son confusión sobre lo que es verdad y sobre lo que no lo es.
Como se venía abordando en artículos anteriores, la posibilidad de una guerra entre Rusia y Ucrania era casi inevitable, desde el momento en el que elementos de la milicia rusa se colocaron estratégicamente en territorio ucraniano, Y Vladimir Putin reconoció a las regiones de Donetsk y Lugansk como Repúblicas independientes, otorgando una ventaja para acercarse aún más a Ucrania. Y ahora que todo ha estallado ¿Qué nos espera? ¿Qué daños colaterales y afectaciones tendrá que hacerle frente México?
Ni tan cerca, ni tan lejos. Contrario a lo que se pudiera pensar sobre las afectaciones directas o indirectas que pudiera recaer sobre México, un conflicto internacional, sobre todo entre regiones tan significativas, siempre van a generar consecuencias económicas, geopolíticas y sociales de magnitudes importantes.

Los efectos inmediatos que pudimos apreciar en México al momento en el que estalló el conflicto fueron: el incremento al precio de la gasolina, el aumento al gas natural, el desplome de criptomonedas, las bajas en la bolsa de valores y la afectación en la importación de materias primas como el trigo.
En cuanto al contexto político mexicano, podría verse envuelto en alguna cuestión mediática, es decir, la cancillería mexicana identificó las primeras familias que estaban solicitando asilo en México y se ha hecho presente el apoyo de México en el extranjero hacia las personas y familias ucranianas, brindando el respaldo y respetando el derecho de solicitar refugio, enviando víveres y apoyando a Ucrania con las herramientas con las que cuenta actualmente, no obstante, existen pequeños grupos politizados que exponen sus ideas y su posición respecto a las circunstancias desde un discurso diferente al que manejan actualmente en la esfera internacional, criterios que llevan un tinte de discurso del odio, más que un mensaje de llamamiento a la paz.
Se preferiría en todo caso que, independientemente de los acuerdos que México pudiera tener con Rusia, Ucrania o Estados Unidos, el mensaje en general fuera un alto al fuego y sumar esfuerzos para procurar el bienestar de las personas, tal como se gestionó el retorno de mexicanos que se encontraban en Ucrania al momento en el que el conflicto tomó forma. El manejo diestro de la política exterior es un papel que México debe tener presente en este momento, el camino de la diplomacia y el respeto debe permear en todos los niveles de gobierno respecto al conflicto.

Dos millones de personas en busca de refugio, el trabajo conjunto de acciones civiles, organismos internacionales conjunto con instituciones de gobierno, sanciones de parte de Estados Unidos, el corte al suministro de gas en Europa, el envío de armas de Estados Unidos a Ucrania y la nueva amenaza nuclear como posible contra ataque de parte de Rusia son actos que van a ocasionar un efecto colateral en el país, pero también en otros. Intentar tejer una red de apoyo internacional entre países, será más necesario que nunca para poder lidiar con las consecuencias que vienen.
A nombre de Orbita política, hacemos un llamado a la paz, para frenar el fuego y poner por primera vez la vida de las personas primero, sin distinción de su nacionalidad, así como hacemos un llamado a ser tolerantes y respetuosos, frenar los discursos de odio y crear vínculos pacíficos para evitar, en la medida de lo posible, el incremento de daños a nivel mundial.