Por Juan Pablo Aguirre Quezada
Venezuela vive momentos muy complicados. Hay quienes están en favor de una intervención, otros llaman a la concordia. Lo cierto es que la hiperinflación coloca a nuestros hermanos venezolanos en una situación económica muy complicada.
Ante este escenario económico, el gobierno de Maduro planteó una reforma monetaria, sin embargo, los resultados no fueron los esperados. En el resto del artículo te platico cuál fue el resultado y las consecuencias que tendrán que enfrentar las familias venezolanas.
“No es verdad que se haya hecho fortuna cuando no se sabe disfrutar de ella”.
Marqués de Vauvenargues.
La reciente reforma monetaria en Venezuela para desaparecer el bolívar fuerte y pasar al bolívar soberano no sólo implicaba quitar cuatro ceros a la moneda, sino la búsqueda de un mayor control de precios y manejo de la contabilidad. Por tanto, la tasa de cambio del dólar estadounidense por 350 mil unidades locales pasaría a 35 de la nueva métrica a mediados de 2018.
No obstante, el mal manejo económico de este país sudamericano precipitó una hiperinflación descontrolada, y en menos de medio año nuevamente se habla de miles de bolívares de nuevo cuño por un billete verde americano. De acuerdo con el sitio dolartoday.com el 16 de enero del presente año la conversión era de BS 3 mil 155.68 por dólar.
Ante una inflación fulminante muchas veces se tarda más en acuñar el dinero que en ser retirado de la circulación, lo que genera desabasto, pérdida de la confianza de la población en sus autoridades, pulverización de ahorros, nulo crecimiento o decremento económico, aumento de la pobreza, gastos erróneos del gobierno, entre otros elementos.
Aunado a la crisis interna, la reelección del presidente Nicolás Maduro ha sido catalogada como usurpación por la Asamblea Legislativa de Caracas, además de que diferentes países -entre ellos Argentina o Brasil- han desconocido su mandato, o roto relaciones bilaterales como el caso de Paraguay.
¿Qué viene para la moneda venezolana en 2019? No todo el panorama es desesperanzador, ya que después de la caída de crecimiento en 2018 del producto interno bruto de -18 por ciento, el Banco Mundial tiene la perspectiva de que la disminución de este año sea alrededor de -8%, lo cual continuaría con los saldos negativos de los últimos años, entre los que destacan indicadores de -16.5% en 2016; o de -14.5% en 2017.
Para años posteriores se espera, de acuerdo con el organismo internacional, decrementos de -5% en 2020; y -4% en 2021. Este ciclo negativo de cinco años no sólo representa números, sino una pauperización social con aumentos de necesidades para su desarrollo humano.
La moneda venezolana ha sido una de las más débiles en todo el mundo en el siglo XXI, con pocas expectativas de mejora y posibilidades de nuevas reformas monetarias que eliminen dígitos a los precios y cifras. Si bien ya se han eliminado siete ceros en los últimos diez años, el nuevo circulante que entró en servicio en 2018 ya es impráctico, escasea y no es recibido en los mercados internacionales, así como desechado para ahorros o pagos locales a mediano plazo. Los desastrosos resultados económicos de los últimos años y las proyecciones negativas para los siguientes han derrotado al bolívar en sus diferentes versiones: venezolano, fuerte y soberano, ante la falta de confianza por parte de los consumidores.
Al no contar con una fábrica de billetes propia, el Banco Central de ese país debe comprar a empresas extranjeras el papel moneda que debe circular en la economía nacional, lo cual lleva tiempo y que a menudo existe deslices de precios en las fechas de entrega, lo cual en ocasiones los hace imprácticos y con falta de valor. Por lo que en los últimos días se observa este fenómeno, ya que la nueva serie contiene denominaciones de 2, 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500 bolívares soberanos (por 10,000 unidades del fuerte), en una época en que de acuerdo con dolartoday.com el valor del dólar era de 35 BS. La devaluación de mediados de enero de 2019 hace impráctico este cono, ya que en su momento el máximo valor de billete venezolano equivalía a 14.28 dólares estadounidenses; pero actualmente es menor a 16 centavos.
Las soluciones para revertir esta afectación son complejas; si bien la dolarización ha dado cierta estabilidad a países como monedas devaluadas como El Salvador, Ecuador o Zimbabue, ideológicamente sería imposible en Venezuela. Además, el panorama para los próximos tres años será negativo para la economía de ese país, por lo que no se descarta una nueva reforma monetaria, con el costo social que implica para la población.
@realjpaguirre
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