En la más reciente elección, el PRD dejó de ser El Partido de Izquierda, para jugar un papel secundario, muy alejado del rol de partido hegemónico que alguna vez tuvo. En este artículo expongo las principales razones por las que este partido cayó en las preferencias electorales y cuál debe ser su estrategia a futuro.
Por Juan Pablo Aguirre Quezada
“Es tiempo de vencer electoralmente. Tiempo de generosidad, de entrega. Tiempo de construir una alternativa superior de lucha para el pueblo trabajador. Tiempo de forjar alianzas, de llamar a la lucha, de no preguntar de dónde vienes sino a dónde vas. De marchar juntos hacia un futuro de libertad para nuestra patria”.[1]
Heberto Castillo
El Partido de la Revolucionario Democrática (PRD) vive un escenario difícil como consecuencia de los resultados electorales del pasado 1 de julio de 2018. Si bien la alianza realizada con los partidos Acción Nacional y Movimiento Ciudadano le permitieron obtener cerca de 21 diputados en San Lázaro, será la séptima fuerza política en la Cámara baja. Mientras que en el Senado de la República el número será aproximado a ocho curules, dos más con las que cierra la LXIII Legislatura, pero lejano a los indicadores obtenidos en otras elecciones.
Cerca de cumplir 30 años en la vida política de México, el PRD perdió su registro en una decena de entidades federativas, además de no poder retener tres de las gubernaturas que gobernaba (Ciudad de México, Tabasco y Morelos), para únicamente administrar en Michoacán (cuyo gobernador anunció el voto para un candidato diferente a la alianza) y Quintana Roo (en coalición con el PAN). Asimismo, el conteo distrital otorga cifras de un dígito porcentual para el partido del sol azteca, por lo que estuvo más cerca de perder el registro a escala nacional que de continuar como tercera fuerza política.
Son muchos los factores que explican esta caída en la popularidad del partido del sol azteca, entre ellos la nula identidad e ideología reflejada en la campaña, que lo llevó a perder a importantes liderazgos que encontraron espacios en otras organizaciones como el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el Partido del Trabajo (PT), entre otros. También, la política de alianzas en la cual se alió con partidos que eran muy diferentes en su filosofía y fundamentos. Además, pasó de ser cabeza de alianzas como en 2000, 2006 y 2012 a tener una función secundaria en 2018.
Los resultados electorales de la última elección hacen necesaria la reflexión de qué viene para el PRD, al pasar de un partido hegemónico a uno de presencia minoritaria. Si bien requiere un mayor acercamiento con la sociedad, el reto está en su organización interna y que sus propuestas sean apreciadas por la sociedad. Pese a la merma electoral, en el área conurbada de la ciudad de México recibió el apoyo en las urnas en Coyoacán, Venustiano Carranza y Nezahualcóyotl, por lo que estos importantes bastiones pueden ser una oportunidad de desarrollar gobiernos de calidad en lo local.
Si bien diversas voces afirman que el PRD enfrenta retos importantes para su continuidad y evitar perder el registro en siguientes elecciones, quizás el desafío más importante sea fortalecer su identidad y brindar soluciones a la población desde este punto de vista.
Asimismo, a fin de no evitar su desaparición el partido del sol azteca deberá realizar trabajo de calidad en los espacios que todavía mantiene, tanto en el Congreso como oposición responsable, y en estados y municipio donde tenga dicha responsabilidad. En época de crisis se puede crecer y esta debe ser la actitud que sus militantes deban asumir a fin de subsistir en el sistema de partidos mexicano, y en especial, en la preferencia de la sociedad.
@realjpaguirre
[1] Proceso n°606, 6 de noviembre de 1988.Disponible en: https://www.fundacionhebertocastillo.org.mx/heberto-castillo/textos-historicos/no-preguntes-de-donde-vienes-sino-a-donde-vas/