Por Charles Gnomosky, comunicólogo.
Gnomosky reflexiona sobre las condiciones actuales de México y de las que quisiéramos tener en un futuro. La pandemia, nos dice, nos ha obligado a re-pensar nuestras relaciones con nosotros, los otros y la naturaleza.
Hace algún tiempo un alumno en clase preguntó: ¿Por qué nuestro país no podía estar bien? En el instante no supe responder, le dije que era una cuestión histórica y multifactorial, el alumno no quedó del todo conforme y guardó silencio. Es una pregunta difícil y tal vez sin respuesta, es una cuestión que me he preguntado por años.
En medio de una violencia exacerbada y después de una pandemia global y estando en un repunte de contagios de una quinta ola en el país me pregunto, al igual que muchos mexicanos y mexicanas. ¿Por qué no podemos tener un México limpio, sano, libre de violencia?
Para responder esta pregunta es necesario entender que alrededor de la respuesta hay diversos tópicos tales como económicos, políticos, culturales e históricos, incluso psicológicos y biológicos.
Lo que es cierto es que es un problema multifactorial en donde existen muchas variantes y actores. No sólo es culpa de nuestro Gobierno por las decisiones erradas en los últimos 30 o 40 años. No sólo es el sistema económico, una distribución de la riqueza y recursos mal proporcionada y fallida. También es la gente, los ciudadanos, nosotros, los de a pie que todos los días salen y salimos a trabajar, no se malinterprete, estimado lector, estimada lectora. Tenemos que asumir nuestra propia responsabilidad a todos los niveles.
La pandemia vino a demostrar la complejidad del mundo en el que nos encontramos, con ello debemos darnos la pauta para diseñar otras estrategias de cambio. La necesidad de pensarnos y repensarnos como nación. En todos los niveles de acción y en todos los lugares y sitios de este país, debemos tomar acciones.
Hay mucho, pero mucho trabajo que realizar, pero esperando que todos seamos como el alumno que se hace la pregunta, y como él, también pensar en el México que deseamos tener.