Por Charles Gnomosky

La pandemia no termina y para muchas personas ha implicado pérdidas. Seamos responsables y ayudemos a que disminuyan los contagios, nos exhorta Charles Gnomosky.

“Año nuevo, vida nueva”, es lo dicta el dicho popular, pero para muchos, desafortunadamente, esto no puede aplicar. Empezamos otro año con un alza en los contagios de COVID-19 y con el número de infectados más alto desde que inicio del coronavirus, además de diferentes variantes de dicha enfermedad. Más de 44 mil casos nuevos registrados en los últimos días y más de 300 mil decesos desde que empezó la pandemia.

Al parecer, en muchos espacios físicos y diferentes niveles socioculturales de esta ciudad del país, ya existe una normalización de la enfermedad. No existe sana distancia, los cubre bocas son parte ya del aditamento diario de las personas, pero no como un elemento para evitar el contagio, sino algo obligatorio para salir a las calles. Es cierto, existe una responsabilidad del gobierno para salvaguardar la integridad de la ciudadanía, pero, los ciudadanos, ¿qué responsabilidad tenemos al cuidarnos y cuidar a los nuestros?

Nuestro comportamiento como sociedad ha dejado mucho que desear, empezando por el mismo Presidente, el cual, al ser contagiado por segunda vez por este virus, lo toma sin esa seriedad que debería. Aunque la constante en todos lados es cuidarse, en muchos lados y aspectos se ha bajado la guardia. Pero, la pregunta obligada es: ¿Hacia dónde vamos? ¿Viviremos eternamente entre altibajos de una pandemia? ¿Volveremos alguna vez a la normalidad?

Este ambiente con contagios en las calles y avenidas es la “nueva normalidad”. Esta realidad con enfermos en nuestras familias y conocidos será la constante por lo menos en los próximos meses de este año. No debemos olvidar que seguimos dentro de una pandemia, el mundo ha cambiado y debemos ser conscientes de ello. Al parecer, tendremos que acostumbrarnos a esta lógica de vida.

Hay mucho trabajo por delante, muchas cosas que realizar, aprender y trabajar como sociedad. En nuestros hogares, con nuestras familias, amigos y conocidos tendremos, poco a poco aprender a vivir con esta enfermedad en las calles. Este año nuevo, con contagios a nuestro alrededor, es nuestra vida nueva.