Tú prole, yo mirrey

Por Óscar Cuevas

La sociedad mexicana se encuentra dividida. Uno de los grupos más inútiles de la sociedad son los mirreyes, pues no aportan recursos al país y gastan sus riquezas en estupideces. ¿Por qué se ha dado este fenómeno en México? ¿Cuáles son sus implicaciones dentro de la esfera pública? 

Julliard en 1997, escribía que un doble divorcio estaba sucediendo entre las élites y el pueblo. La primera correspondía al progreso, entendido en este texto como aquél proceso teórico-técnico que coloca a algunas sociedades por encima de otras en términos económicos y productivos. La otra, está noción de separación entre «la gente bonita» y el resto, que bien ha llamado Ricardo Rafael mirreyismo.

Al mirrey le provoca sensación contradictoria el hecho de haber nacido en México. De un lado no duda en pintarse la cara con ungüento tricolor y colocarse sobre la cabeza un sombrero de charro si la Selección Mexicana juega un partido de soccer organizado por la FIFA; al mismo tiempo, por lo bajo rebaten la mala fortuna de pertenecer a un país al que en más de un sentido desprecian por la mayoría de la gente que lo habita. (http://ricardoraphael.com/que-es-un-mirrey/)

Pareciera que en México, esta necesidad de apartarse del vulgo, del pueblo, de los descamisados, ha perseguido de manera constante a las familias de abolengo. Esta cuasi obsesión óntico-psicológica ha dado múltiples razones al pueblo para desconfiar de quienes les gobiernan. Los constantes abusos que pueden rastrearse en la historia política de nuestro país se encuentran presentes en cada una de las elecciones «libres y democráticas» que ha tenido México.

Actualmente; Duarte, Padrés, Moreira y los grandilocuentes gastos de nuestros legisladores forman una historia más dentro de este paradigma de corrupción y negación del pueblo como habitante de la misma latitud. Los mirreyes, instaurados en las cúpulas del poder pertenecen a aquélla concepción novohispánica de las razas y los prejuicios. Nos dice Ricardo Raphael que entre ellos son amigos «de toda la vida», se casan con «gente bien», «gente como uno», «de toda la confianza», viven en una colonia «decente», van a escuelas donde acuden personas «bien nacidas», viajan a lugares «civilizados», no comparten amistad en Facebook «con cualquiera». (http://ricardoraphael.com/que-es-un-mirrey/)

El mirrey, según él, debe guiar las riendas de México; pues no hay ninguna otra clase que pueda llevar al país a buen puerto; sin embargo, cualquiera con un poquito de ceso, puede darse cuenta que esta aseveración es insostenible. Los mireyes, esos de los yates, esos de Atlacomulco, esos que tienen casas en Nueva York, esas maestras que compran joyas carísimas en los «unites» son quienes tienen y han tenido jodido al país.

Las administraciones príistas se han encargado de hacer de la corrupción y el amiguismo conductas normales dentro de la esfera del poder. Tampoco es que la oposición haga mucho para evitarlo, el perfil que tienen nuestros representantes dista mucho de la seriedad política y la vocación de servicio que pregonaban Aristóteles y Platón.

Pero toda la culpa no es de estos pobres sujetos, sino también del resto de nosotros; ciudadanos hartos preocupados por llegar al mundial de fut, llevar a nuestras mamáseses a un restaurante en Polanco. Nosotros, los de la prole que queremos ser mirreyes. Los de la prole entretenido con estupideces como Dragon Ball a nuestros treinta años.

Los de la prole millenial que se piensan distintos comiendo en la «Condeche», con sus barbas bien cuidadas y sus tatuajes «carísimos de París», hechos en «tiendas bien». Todos somos culpables de la decadencia de nuestro país. Es imprescindible que, como ciudadanos, nos opongamos a esa clase política que ve en el otro un chingado, un pendejo, un «x», incapaz de comprender cómo se mueve la política.

Debemos dejar de lado la arrogancia y la estupidez de nuestros representantes que culpan a las mujeres que usan tacón de la delincuencia en Aguascalientes, que festejan que los trabajos mal pagados se multipliquen mientras los altamente remunerados van a la baja, que piensan que un modelo educativo puede aplicarse en escuelas sin electricidad o sillas en dónde sentarse.

En México #NosEstánMatando diario, no solamente a balazos, machetazos y carpetazos; sino también nos matan simbólicamente, cada vez que se niegan los feminicidios, que se dice que hay libertad de expresión, que se enmudece ante el crecimiento de la pederastia. En México, ha llegado el momento de poner un fin a la corrupción, a la impunidad, al tráfico de influencias. Y sobre todo, ha llegado el momento de que tú te involucres en la política y vigiles el actuar de tus síndicos, regidores, alcaldes, gobernadores, etcétera.

@CuevasO33

 

 

 

3 comentarios en “Tú prole, yo mirrey

  1. Juan Díaz Gómez dijo:

    EL PROBLEMA PLANTEADO, NO SOLO LO VIVE Y SIENTE MÉXICO, EN TODOS LOS PAÍSES NEO COLONIALES , SE EVIDENCIA LA MANIPULACIÓN DE LA SOCIEDAD DE CONSUMO Y LA ALIENACIÓN POR VIVIR ARTIFICIALMENTE, VÍA CONSUMISMO IRRACIONAL Y FACILITADO POR LAS FINANCIERAS , VÍA PRÉSTAMOS DE CONSUMO Y TARJETAS DE CRÉDITO. DEFINITIVAMENTE SE HACE NECESARIO Y URGENTE DESARROLLAR UNA EDUCACIÓN POPULAR PARALELA A LA EDUCACIÓN DIGITADA Y FINANCIADA POR EL BANCO MUNDIAL.

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