Por Fabián Lara
La opinión pública es un eje central que orienta y construye la reputación de cualquier gobierno. Es el combustible que inicia y alimenta el camino para emprender políticas sociales y económicas.
Un político entiende que antes de cualquier acción propagandística debe conocer los valores, principios e ideologías que definen el perfil de su electorado. De esta manera, en apariencia construye tanto su discurso, como todas sus políticas públicas con el fin de satisfacer las necesidades y los deseos de su público meta. Por lo tanto, es cada vez más común escuchar discursos muy radicales y que generan polarización entre los que “apoyan” y los que “no apoyan” tales discursos. Seguir leyendo