Por Karla Leticia Martínez Morones y Juan Pablo Aguirre Quezada
La organización Transparencia Internacional (TI) dio a conocer su medición acerca de la precepción en 2024. El ejercicio incluyó a 180 países, donde una calificación más cercana a 100 puntos significa que existe poca corrupción, mientras que cero significa mayor corrupción. ¿Qué lugar ocupa México? En este texto te contamos.
Cabe destacar que el promedio mundial es de 43; aunque para el caso de América Latina es 42, lo que refiere graves problemas de rendición de cuentas, transparencia y medidas exitosas para contrarrestar los delitos de dicha índole.
La corrupción daña el tejido social debido a la gran desconfianza que ocasiona entre personas e instituciones. Asimismo, es factor para diferentes disfunciones de gobierno, tal como más inseguridad y violencia; además de la impunidad de delitos que no son castigados. Estas conductas ilegales existen tanto en el sector público como en el privado, lo cual causa favoritismos entre quienes ejercen esta práctica, en detrimento de la libre competencia, la transparencia o la rendición de cuentas.
La corrupción afecta todos los ámbitos de la vida cotidiana de las y los mexicanos, desde la facilidad para realizar trámites hasta la calidad de servicios ofrecidos. Un acto de corrupción puede afectar la salud, el desarrollo humano, mejor calidad en la educación, energías limpias, precios de bienes y servicios más competitivos, creación de empleo, entre otros aspectos que la corrupción daña en una sociedad.
No sólo Transparencia Internacional ha medido la corrupción en México. la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) alertó desde 2017 que la corrupción es el segundo problema que más preocupa a las y los mexicanos a escala nacional, además de percibir un mayor número de víctimas respecto a su ejercicio anterior. Asimismo, como ejercicios de opinión pública también se mide que instituciones tienen más confianza en la sociedad, destacando positivamente la familia, universidades públicas, médicos o las y los maestros. En contraparte, la sociedad mexicana confía poco en servidores públicos; gobiernos en sus tres ordenes (federal, estatal y municipal); legisladoras y legisladores de ambas cámaras, partidos políticos, sindicatos, Ministerio Públicos, policías, medios de comunicación, empresarios, entre otras personas.
México obtuvo una calificación de 26 en el último ejercicio, al quedar ubicado en el lugar 140. Su nota más baja desde que se realiza esta medición. Cabe destacar que 47 de 180 países mostraron esta tendencia. Es el peor resultado registrado por nuestro país desde 2013, pese a los esfuerzos gubernamentales para abatir este grave problema, tal como la transformación de la antigua Secretaria de la Función Pública a la nueva Secretaría Anticorrupción.
No es coincidencia que los países con menor percepción de corrupción sean los que tienen mejor calidad de vida para sus habitantes, además de brindar ingresos económicos altos y más oportunidades para el desarrollo humano. Dinamarca (90), Finlandia (89), Singapur (84), Nueva Zelanda (83), Luxemburgo (81), Noruega (81) y Suiza (81) fueron las naciones mejor evaluadas en la medición de 2024, y parte de esos logros ha sido por tener pocos casos de corrupción, además de leyes y mecanismos para castigar de forma efectiva las conductas delictivas contra el patrimonio público y privado.
Del continente americano destacó que Uruguay (76) obtuvo el mejor promedio, lo cual va acompañado de sus avances en la calidad de vida de su población. Este país sudamericano superó a Canadá (75), Barbados (68), Bahamas (65) Estados Unidos (65) y Chile (63). En contraste, las peores calificaciones en esta región fueron obtenidas por México (26), Paraguay (24), Honduras (22), Haití (16), Nicaragua (14) y Venezuela (10).
La calificación de México cayó 5 puntos respecto a la medición de 2023 en que obtuvo 31, tendencia que se mantuvo durante los últimos cuatro años. La percepción de corrupción es una alerta de que se requieren reforzar los esfuerzos en la materia, a fin de evitar consecuencias tales como el desprestigio de las diferentes dependencias de gobierno, caída en las inversiones, falta de confianza en las instituciones, menor crecimiento económico, entre otros.
Caso especial en la medición realizada por Transparencia Internacional son los esfuerzos realizados por Singapur. Esta nación del sureste asiático ha tomado medidas eficientes contra la corrupción durante los últimos 50 años, siendo esta una de sus principales políticas públicas. Los esfuerzos contra estas conductas ilegales han generado resultados asombrosos en la calidad de vida de sus habitantes, como un ingreso per cápita anual cercano a 88 mil dólares americanos anuales, además de contar con uno de los índices de desarrollo humano más altos del mundo.
México debe aprender de las experiencias internacionales de países que han combatido la corrupción de forma exitosa como Chile, Uruguay o Singapur, a fin de conocer sinergias que permitan que estos logros aporten elementos para el bienestar y mejor calidad de vida de las y los mexicanos. Transparencia Internacional continuará haciendo este ejercicio de forma anual, y es responsabilidad de los gobiernos federal, estatales y municipales realizar mejores prácticas que permitan el avance de la nación en la materia.
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