Por Charles Gnomosky
Estamos terminando el primer semestre de este 2022, con una postpandemia a cuesta y con muchas preguntas de lo acontecido y vivido. Después de dos años de estar inmersos en una alerta sanitaria por una pandemia mundial que cambió la forma de comportarnos y relacionarnos con los otros, nos preguntamos, ¿qué sigue para enfrentar esta normalidad? Una normalidad que se parece mucho a la anterior, pero con más problemáticas.
La pandemia trajo dudas sobre el cambio, pero también nos dio la pauta de reconocer nuestras debilidades y fortalezas como sociedad. Las escuelas, espacios públicos y laborales abiertos en su totalidad, un cubre bocas que ya es parte del atuendo de todos los que transitamos esta ciudad. En calles y avenidas se siente una aparente normalidad, las personas salen a realizar sus actividades con la cotidianidad de antes, pero con sentir que ya nada es igual.
En este contexto es necesario preguntarnos: ¿En qué país vivimos? ¿Qué país hemos construido? ¿En qué país queremos vivir? Con una violencia exacerbada y una inflación pronosticada de más de un 7.6 % en nuestro país, la vida sigue. Extrañaremos a todos nuestros amigos y familiares que fallecieron por la enfermedad, a todos ellos los recordaremos. La pandemia quedó atrás, pero no los problemas.
Debemos repensarnos como sociedad, repensar los aciertos y errores, no sólo antes, durante y después de pandemia. No es sólo culpa de las autoridades y el gobierno, sino de nosotros mismos y nuestras propias acciones como ciudadanía. No se malinterprete, lo que vivimos en este país es multifactorial y una problemática histórica y social, pero si no empezamos a revisar los aciertos y fracasos, esto nunca va cambiar.
Continuaremos en este mundo postpandémico con nuestras alegrías y carencias, con nuestros miedos e ilusiones, pero lo más importante, continuaremos. De aquí en adelante tenemos que replantear la estrategia desde el ámbito individual hasta la acción social. Saber que el futuro es incierto.
Y lo más importante: “saber que, si no hay un futuro, hay que construir uno”.