Por Juan Pablo Aguirre Quezada
La representación institucional de los valores políticos es fundamental para el ejercicio de la democracia. En este sentido ¿es válido el umbral electoral en México? ¿Es antidemocrático? ¿Limita la participación de nuevos jugadores?
La reforma electoral de 2014, cambió la normatividad sobre los partidos políticos en México. Ejemplo de ello es el aumento del umbral electoral, es decir, la votación requerida para que unos de estos institutos políticos puedan mantener el registro y con ello, gozar de las prerrogativas marcadas por la Ley, tal como lo señala el numeral II del Artículo 54 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos:
Todo partido político que alcance por lo menos el tres por ciento del total de la votación válida emitida para las listas regionales de las circunscripciones plurinominales, tendrá derecho a que le sean atribuidos diputados según el principio de representación proporcional[1]
En tanto, el artículo 41 de nuestra Carta magna también refiere que “El partido político nacional que no obtenga, al menos, el tres por ciento del total de la votación válida emitida en cualquiera de las elecciones que se celebren para la renovación del Poder Ejecutivo o de las Cámaras del Congreso de la Unión, le será cancelado el registro”.[2]
¿Por qué existe esta barrera? ¿es antidemocrática? ¿debe existir? Algunos teóricos consideran que es un límite a la democracia condicionar la existencia de estas instituciones. No obstante, otras voces afirman que deben de existir condiciones que deben prevalecer para que existan los partidos políticos.
A lo largo de la historia política de México existen diferentes experiencias de partidos que participaron en elecciones federales pero debido al porcentaje requerido por la Ley (fue de 1.5% o 2% en su momento) perdieron su registro, y en la mayoría de las ocasiones, esto implicaba que también desaparecieran.
Algunos partidos han logrado sobrevivir a los procesos electorales, gracias a alianzas o por su impacto inmediato que tuvo en la sociedad. No obstante, factores como falta de arraigo en el electorado, divisiones internas, propuestas no convincentes al electorado, o desorganización, entre otros, han propiciado que los resultados electorales sean inferiores a lo requerido.
En los últimos 50 años, más de treinta organizaciones han desaparecido por esta vía, lo que es muestra de que si bien existe un interés de los ciudadanos por organizarse y generar una propuesta, también es un indicador de lo difícil que representa competir por el voto del electorado y que el total de sufragios rebase el umbral electoral.
Ejemplo de ello son organizaciones como el Partido Popular Socialista (PPS), el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), el Partido Demócrata Mexicano (PDM), El Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PMT), la Unión Nacional Opositora (UNO), entre otros, que participaron y tuvieron propuestas con sus visiones particulares, pero que los resultados terminaron por quitarles su participación en la vida política nacional de finales del siglo XX.
En fechas recientes, partidos como Centro Democrático (PCD), Partido Alianza Social (PAS), México Posible, Partido Social Demócrata (PSD) Fuerza Ciudadana, Partido de la Sociedad Nacionalista (PSN), Alternativa Social Demócrata y Campesina o el Partido Humanista (PH), no pudieron consolidarse como una opción perdurable en el sistema de partidos de México.
Es evidente que los ciudadanos están interesados en participar y han creado diferentes propuestas materializadas en partidos políticos; sin embargo, después de la reforma electoral de 1977 han sido pocos los partidos que han sobrevivido y permanecido en diferentes procesos electorales. Si bien el aumento de la barrera legal a 3% fue aprobado en la reforma política de 2014, esto pone en alerta a los partidos existentes a fin de conseguir los medios que permitan rebasar ese resultado.
Es probable que en el futuro aparezcan o pierdan el registro diferentes partidos políticos en México. Esto dependerá del apoyo de los ciudadanos y del trabajo que realicen estas organizaciones.
[1] Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Disponible en: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1_150816.pdf (fecha de consulta: 17 de octubre de 2016).
[2] Ídem.