Por Charles Gnomosky
Paz, en su Laberinto, definía la naturaleza del mexicano. En pleno 2019 conservamos algunos ragos de los descritos por Octavio. El más alarmante: la indiferencia. Los mexicanos posmodernos somos incapaces de mirar al otro. Parece que la empatía ha migrado junto con miles de nuestros compatriotas.
Vivimos el año más violento en la historia de México y la ciudadanía sigue sin organizarse, sin protestar, sin participar en los espacios públicos. ¿Cómo llegamos a esta indiferencia? Seguir leyendo