Por Pablo Manrique
Estamos sentados tres hombres frente a una computadora, conectados con auriculares hilados unos con otros a través de una “Y.” Uno de los tres, el líder, es el único que puede ser escuchado a través del auricular primario. Los demás estamos limitados: podemos oír, sin posibilidad de ser escuchados por la persona que pronto estará al otro lado de este teléfono digital.
Esta práctica es normal en esta parte del proceso. Se llamaría “anidar” en nuestro olvidado castellano —el idioma del conquistador de antaño—, pero hoy en la nueva lengua de negocios, moda, cine, y todo lo que se te ocurra, el idioma inglés, le decimos “nesting”. Es una técnica de “entrenamiento” —así le llaman a la capacitación—. Estamos esperando que entre una llamada, mientras el líder nos explica a mí y a mi compañero algunos detalles generales de la operación. Seguir leyendo