Por Charles Gnomosky, comunicólogo
Inicio de año, con nuevas expectativas y nuevos proyectos. O por lo menos, es lo que la gran mayoría de personas esperan. Parece que sólo quedó el recuerdo de la pandemia de la Covid-19, las complejidades del mundo quedaron atrás. Pero la realidad a veces nos dice otras cosas.
En muchos espacios el fantasma de la pandemia continúa, los contagios siguen, pero a un nivel menor. Los estragos y consecuencias de lo vivido en esos dos años de confinamiento apenas están saliendo a la luz, pero lo importante es pensar en las enseñanzas de la pandemia, si es que hay algunas que tener.
La cuestión tecnológica, en particular la conectividad superó las expectativas. La educación en línea, llegó para quedarse. El comercio en línea creció súbitamente, la lógica digital permeó casi todas nuestras actividades el día a día. Con todos estos cambios, el mundo es otro, pero el mismo.
¿La pandemia nos enseñó a ser mejores o peores seres humanos? ¿Somos más respetuosos con los otros, con uno mismo? ¿Tenemos más cuidado en nuestra salud? Cada uno podrá responder a todo esto, dependiendo de su lugar en mundo. En soledad o compañía, con carencias o pertenencias. De lo vivido y qué tanto la pandemia tocó fibras sensibles o seres queridos.
Lo importante es saber que pasamos y muchos sobrevivieron y sobrevivimos a un hito en la historia contemporánea. ¿Llegará otra pandemia? ¿Estaremos preparados para otro confinamiento? No lo sabremos hasta que eso pase. Esperando que hayamos aprendido algo o, aunque sea poquito de lo vivido en los últimos años.
Pensar lo positivo o negativo que nos dejó la pandemia. Darnos tiempos de reflexionar y recordar que siempre serán tiempos de incertidumbre, por que la pandemia, ya no es un pretexto para no continuar.