Por Teklu Punkrocker
Al pasar de los años, los hombres sumergidos en un sistema correspondido por los actuales sistemas económicos, han dejado su misión atrás, ¿por qué? Ahora lejos de nacer, crecer, reproducirse y morir, podemos ver que lo siguiente al nacer es educarnos, posteriormente entramos a lo que Marx denominaba ejército industrial de reserva, aunque para algunos milenials esta etapa perdurará por mucho tiempo en economías emergentes, después el hombre emprende su vida laboral, donde despierta, trabaja y duerme así hasta su vejez, donde no puede disfrutar de un retiro digno fruto de años de trabajo.
Pero ante esta monótona vida surge la necesidad por parte de los economistas de saber a razón de parecer una burla, (la cual créanlo no lo es) ¿si es posible medir la felicidad?
La felicidad comenzó a medirse en 1972, con el Índice Nacional de Felicidad, para 1998 con el aporte de una gran mente, el Dr. En Economía y Filósofo que creó nuevas mediciones sobre el bienestar, con el “Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas”, premio nobel de economía Amartya Sen (1998).
El Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas cuenta con ciertos componentes para la medición del desarrollo humano los cuales son: Salud, Educación, Diversidad ambiental, Nivel de vida, forma de Gobierno, Bienestar psicológico, Uso del tiempo, Vitalidad comunitaria y Cultura.
Podemos ver que bajo estas variables en los últimos dos años en caso específico de América, los países con mayor índice de Desarrollo Humano son Canadá, U.S.A y Argentina. Estos parámetros nos dejan ver las ventanas de oportunidad para México ya que para el Programa de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas “el desarrollo humano tiene por objetivo ampliar las oportunidades de las personas, prestando especial atención a la riqueza de las vidas humanas y no solamente a la riqueza de las economías”.
Por otra parte en el año 2009 se creó el Happy Planet Index, (HPI) este indicador del planeta feliz, que lejos de lo que se piense no fue creado por Martita Sahagún, si no por la New Economics Foundation (NEF), organización formada por un grupo de economistas británicos que tienen por objetivo mejorar la calidad de vida mediante la promoción de soluciones innovadoras que afectan positivamente al entorno social, económico y ambiental de los países.
El Happy Planet Index, (HPI) se basa en ciertas variables del Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas sobre todo en la diversidad ambiental, además que solo incluyen datos de 140 países, lo que representa el 98% de la población mundial, así como encuestas a la población de estos 140 países, esto arroja una total discrepancia con los resultados del Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, ya que para la Happy Planet Index, (HPI) los países más felices son: Costa Rica, México y Colombia.
Cabe resaltar que el Happy Planet Index, (HPI) no incluye es su medición aspectos específicos como la violación a los derechos Humanos o Educación, tomando una media general para todos los países, es por eso que 2 de los 10 países con más violencia a nivel mundial ocupan una privilegiada posición en esta medición de la felicidad.
Viendo el panorama y sacando una media entre las dos mediciones podemos decir que México se encuentra entre los 20 países más felices del mundo, creando un punto de vista totalmente lleno de falacias, debido a que más del 40 % de nuestro país está en pobreza extrema, si realmente nos enfocamos en el desarrollo que ha tenido nuestra amada nación con respecto a países de primer mundo donde y por desarrollo me refiero a la cultura, al económico sobre todo al poder adquisitivo, a la educación, al tecnológico, etcétera, es totalmente abismal.
Otro ejemplo de esta falacia es, si a cualquier persona en un país del primer mundo que tiene acceso a créditos hipotecarios, de negocios, de autos y con su elevado poder adquisitivo tiene forma de adquirir moda, belleza, tecnología le preguntáramos: ¿Eres feliz? Seguramente su respuesta sería “Sí”. Pero si en nuestro país preguntáramos lo mismo donde carecemos de acceso a créditos para emprender negocios, créditos para la vivienda, (no digo que no existan solo que son insuficientes) también se carece de un poder adquisitivo el cual nos impide acceder a la cultura, la moda, la tecnología etc. La respuesta también sería “Sí”, ya que el aspecto cultural como sociedad nos hace dejar a un lado el aspecto económico y basar nuestra felicidad en los sentimientos como el amor o la familia.
Esto nos arroja como conclusión que en el aspecto global y económico si llamamos felicidad a las variables económicas que miden el desarrollo humano, claro que podemos medir la felicidad. Pero en un contexto personal no existe forma de medir la felicidad por que para cada persona es diferente por su nivel social, económico y cultural.
Reblogueó esto en órbita políticay comentado:
¿Cómo saber si soy feliz? ¿Puede medirse la felicidad? ¿Somos productores de miseria? Chécalo acá.
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