Por Adriana Mendiola
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres, uno de los temas sobre el que los estudiosos de la Ciencia política, integrantes de los organismos electorales y activistas han hecho hincapié, es el relativo a la participación política de las mujeres. Como se sabe, en México a partir de la Reforma Electoral de 2014 se estableció la paridad de género en la postulación de candidaturas a nivel legislativo, dejando atrás el sistema de cuotas de género.
Con la implementación de la paridad y derivado del último Proceso Electoral Federal 2018, de acuerdo con datos de la Unión Interparlamentaria, actualmente el Congreso mexicano es el cuarto parlamento con más legisladoras en el mundo.[1] En la Cámara de Diputados las mujeres representan el 48.2% (241 diputadas) y el Senado de la República está integrado por 63 senadoras, que se traduce en el 49.2%. Cabe mencionar que, en el caso mexicano, la paridad se considera en la postulación de las candidaturas, que no necesariamente implica que los congresos estén integrados 50% por mujeres y 50% por hombres, sin embargo, favorece una composición más equitativa entre ambos géneros.