Por Charles Gnomosky

Año nuevo, vida nueva, dicta el dicho popular. Pero, ¿qué tanto de esta noción es posible en un país como el nuestro? ¿Podemos conseguir todos nuestros deseos de año nuevo? ¿De verdad podemos conseguir y concebir una vida nueva? México, un país de contradicciones y maravillas.

“México mágico”, expresión popular para denominar las situaciones y acciones extrañas, irónicas, graciosas y cierta idiosincrasia del propio mexicano. “Así soy y me vale”, se podría decir que es una placa de muchos habitantes, la cuestión radica si en verdad nos “vale” o la propia realidad nos hace que nos valga, confusa situación.

En esta 2024 las elecciones presidenciales serán la oportunidad para decidir por una “supuesta” continuidad o una “alternativa” no muy clara. Llegue quien llegue a la silla presidencial y con la posibilidad de tener a la primera mujer presidente de la historia de nuestro país, quien gane, tiene una gran tarea y una gran responsabilidad: tratar de cambiar esta realidad, si es que se puede.

Existe y prevalece una violencia exacerbada en gran parte del territorio del país, una economía mediana -mente estable, pero con una población que se siente perdida en los discursos y mensajes, no sólo de los medios de comunicación y medios digitales, sino, con una cierta desesperanza sobre el futuro.

Cambiar nuestra realidad no sólo es una tarea individual o una cuestión de tratar de transformar nuestro imaginario social, no. Se trata que en nuestro país esté el piso más parejo para todos y existas más oportunidades en todos los sentidos. Poder desarrollarnos y que toda o en su gran mayoría de la población tenga las mismas oportunidades de desarrollo, tanto económicas, culturales, sociales, de salud y paz interior.  

¿Podemos cambiar y transformar nuestro país? No sólo es tarea de nuestros gobernantes, sino de la propia sociedad civil, de la población y de los habitantes. Ser más empáticos y tolerantes con el otro y con nosotros mismos. Será un año nuevamente complicado, pero ojalá, sea el principio de una nueva “realidad a la mexicana”.