Por Óscar Cuevas

Al final #EsClaudia la virtual candidata a la Presidencia de la República por parte de Morena. En este texto hago un recuento de la pre-precampaña y analizo el discurso que Claudia ha utilizado durante esta primera etapa, en la que ganó la nominación de Morena como Coordinadora del movimiento. ¿Le alcanzará con su actual estrategia para continuar en Palacio Nacional?

Las pre-precampañas al interior de Morena han estado marcadas por una situación inédita: el adelanto del proselitismo. Si bien los partidos políticos tienen el derecho de decidir cómo elegir a sus candidaturas, el partido del presidente López Obrador ha faltado a la norma electoral al incluir en dicho proceso espectaculares, bardas y otras maneras para incidir en el sentido del voto de la población en general y no solamente de las personas que militan al interior de este instituto político.

Si bien pudiera parecer una ventaja adelantar los tiempos políticos, las pre-precandidaturas enfrentan el gran reto que representa mantenerse vigentes por casi 10 meses. Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard han comenzado a resentir el desgaste y durante esta semana no han dado una nota que los distinga de lo que normalmente hacen quienes buscan un puesto de representación popular, al contrario, ambas pre-precandidaturas han caído en lo rutinario y no han logrado despegar.

En el caso de Sheinbaum, uno de los motivos principales es que la creación del arquetipo de la exjefa de Gobierno no obedece a sus atributos, pues busca imitar el tono y la manera que López Obrador utilizó en la comunicación política de 2018. El primer error de esta metodología consiste en que el arquetipo de AMLO en 2018 fue creado para una fase distinta, pues él ya se encontraba en plena campaña cuando suaviza su imagen y el tono en el que se dirige a la ciudadanía. Claudia Sheinbaum se encuentra en un periodo de convencimiento de sus militantes, por lo que debería centrar su discurso en sus diferenciadores, algo que le funcionó muy bien en su campaña para la jefatura de Gobierno en 2018.

Ya con la nominación en la mano, la campaña de la ex jefa de Gobierno no ha logrado atraer ni a los militantes, ni a los medios de comunicación, ni a la ciudadanía. Veamos el siguiente tuitazo que Sheinbaum colocó en esta red social

En mis recorridos por el país he platicado con agricultores que me comentan de la afectación de sus cosechas por el cambio climático. Aquí hago algunas reflexiones. pic.twitter.com/siPWbAROFS

— Dra. Claudia Sheinbaum (@Claudiashein) July 31, 2023

En la imagen política de la pre-precandidata observamos remembranzas de los atuendos utilizados por Obrador en la campaña presidencial de 2018: blanco en el color de la blusa, guayabera y jeans, para comunicar una cercanía al pueblo “bueno y sabio”. Sin embargo, Sheinbaum no tiene las facilidades comunicativas de AMLO, tampoco su carisma, mucho menos su telegenia, ni la capacidad para dominar una conferencia de prensa.

Claudia enfrentará a una candidata que tiene una narrativa mucho más atractiva, que se parece mucho a la del arquetipo del héroe que Morena utilizó en AMLO en su campaña de 2018. Si bien las encuestas colocan a la abanderada del obradorismo con una cómoda ventaja, una narrativa poco atractiva pudiera empoderar a la hidalguense y darle un susto al partido guinda. ¿Se tambalea el segundo piso de la cuarta transformación?