Por Juan Pablo Aguirre Quezada
“Nadie puede ser feliz sin participar en la felicidad pública, nadie puede ser libre sin la experiencia de la libertad pública, y nadie, finalmente, puede ser feliz o libre sin implicarse y formar parte del poder político”. Hannah Arendt.
El Informe Mundial de la Felicidad es un reporte realizado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cada año; y en la versión de 2021 alcanza su novena edición. Dicho índice se realiza mediante un promedio de diferentes condiciones, tales como acceso y calidad de servicios de salud, educación, vivienda, medio ambiente, confianza en las instituciones de gobierno, bienestar psicológico, uso del tiempo, vitalidad y cultura. En ese sentido, algunos expertos señalan que “medir la felicidad se ha convertido en la última moda para algunos políticos y empresarios afamados. Independientemente de lo subjetivo que pueda parecer dicha métrica, los avances recientes en su medición podrían sernos de gran utilidad”.[1] Por lo que esta medición incluye diferentes factores que contribuyen para la realización plena de las personas y familias.
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