Por Mtro. Óscar Cuevas
El primer mensaje de Donald Trump como el presidente número 47 de los Estados Unidos estuvo enmarcado dentro de una narrativa populista, que tiene como punto central la configuración de Trump como el héroe que llegará a restituir para Estados Unidos sus glorias pasadas. En este texto reviso los mensajes clave del mandatario norteamericano.
La era dorada de Estados Unidos. La primera frase poderosa del mensaje del mandatario norteamericano tiene como objetivo encuadrar el discurso y configurar esa tierra prometida a la que llevará Donald Trump al pueblo norteamericano. El comienza hoy pretende hacer una diferencia entre lo ocurrido en el pasado y lo que espera al pueblo de Estados Unidos gracias al retorno del republicano.
Aliens y los criminales. Como es bien sabido por los estudios de la narrativa populista, uno de sus puntos centrales es la creación del enemigo común. En la narrativa de Trump estos se configuran en dos localidades principales. Desde dentro, el enemigo es el invasor, la persona en situación de migración que llega a suelo norteamericano para vivir el American dream, que, en la narrativa trumpista, está reservado a los olvidados del viejo régimen: los conservadores blanco-americanos. Desde fuera, existen dos enemigos principales. En México, la existencia de las bandas del crimen organizado permiten a la narrativa trumpista deslizar la culpa del consumo del fentanilo en su producción en tierras mexicanas. El otro, nuevamente, es la persona que busca en Estados Unidos lo que no consigue en México: un trabajo que consolide la seguridad económica de sus familias.
America first. Quedo claro desde la campaña presidencial que Donald Trump buscará colocar los intereses de Estados Unidos primero, más allá de las críticas que pueda tener hacia las políticas energéticas, en donde renunciará a las energías verdes o de salud, en donde EUA saldrá de la OMS, afectando severamente al presupuesto de este órgano internacional.
La restauración. Nuevamente, Donald Trump juega con las narrativas populistas para encuadrar todo lo sucedido en el pasado, menos su administración anterior, como gobiernos corruptos, que buscan socavar los valores sobre los cuales se fundó la República Norteamericana. Usando este recurso narrativo, prometió la restauración de la seguridad, la transparencia, la libertad de expresión y la justicia equitativa.
El atentado. Evento que alimenta la narrativa mesiánica de todo discurso populista. El presidente de Estados Unidos afirmó que Dios le había salvado del atentado para cumplir con su misión: Make America Great Again. Inmediatamente después agradeció a dos comunidades a las que se ha dirigido durante su campaña y de las que obtuvieron más votos en la historia del partido republicano: latinos y afroamericanos.
Como sucedió durante la campaña, Trump agradeció el voto del estadunidense latino y afroamericano que se siente orgulloso de su pasado, pero especialmente, de su capacidad para insertarse en una cultura y florecer en ella. Este votante no se siente agredido por la retórica antimigrante de Trump, pues son familias cuya cultura se relaciona más a la norteamericana que a la de su país de origen.
Pacificación y unidad. Otra frase poderosa usada por Donald Trump fue cuando afirmó que el poderío del ejército de Estados Unidos se verá reflejado en el número de guerras en que no participará. Afirmó que su principal legado será el de pacificación y unidad, tanto del pueblo norteamericano como a nivel mundial. El mensaje inaugural para sus audiencias más cercanas y su voto duro fue muy exitoso. Trump reafirmó varias de sus promesas de campaña.
Las órdenes ejecutivas. Para el Gobierno de México la narrativa es otra historia. Donald Trump consolidó su narrativa contra la política migratoria, de seguridad y comercial del Estado Mexicano. Dentro de las órdenes ejecutivas firmadas, para México son de especial atención la declaratoria de emergencia en la Frontera Norte y la que declara a las bandas delincuenciales del narcotráfico como bandas terroristas. Otra mala noticia para México es que Trump no defina todavía sus políticas arancelarias, pues será una constante amenaza para que el Presidente de EUA obtenga mejores resultados en sus negociaciones con México.
Claudia en su espejo. A las declaraciones de Donald Trump, la Presidenta de México ha reaccionado de manera equivocada. Es un error estratégico que la Presidenta haya esperado hasta los nombramientos oficiales para lograr un acercamiento con el equipo del Presidente de EUA. Otra pifia de la Doctora, ha ocurrido a nivel discursivo, en donde ha optado por una narrativa de confrontación, en lugar de apostar por la cooperación, como lo ha venido haciendo Canadá.
Esto revela que el gabinete de la Presidenta no se encuentra a la altura de la circunstancia, por lo que sería ideal hacer modificaciones al interior del mismo. Estos cambios pudieran ser una buena oportunidad para la Presidenta, pues podría retirar a los leales a López Obrador, para colocar en su lugar perfiles altamente leales, que tengan con un mayor conocimiento técnico. Otra opción es recurrir a viejos interlocutores, aquellos que tienen experiencia en negociaciones complejas de alto nivel.

