Por Pablo Manrique
Uno de los rasgos característicos de nuestra sociedad distópica hipermoderna es la violencia soft. Nos hemos acostumbrado a ver desmembrados y asaltos. Escuchar de asesinatos se ha convertido en el pan de cada comida. Los feminicidios ya no nos asustan ni tampoco la crueldad del narcotráfico.
Nuestra capacidad de construir empatías y eticidades se han ido al caño gracias al individualismo, que se inserta en nuestras sociedades como el disparador del consumo y el éxito. ¿Tú, eres parte de esta normalización de la violencia?