Me llevaron cuando tenía unos tres o cuatro años. Mis padres buscaban el famoso Sueño Americano, llegamos a California sin hablar inglés, ellos lo aprendieron a la fuerza, a punta de discriminaciones y mentadas de madre. A mí me fue un poco mejor, en la escuela tuve una maestra que me enseñó el inglés y, supongo que, por mi edad, pude aprenderlo fácilmente. Seguir leyendo
