Por Fernando Carrillo
Septiembre y noviembre son meses que nos evocan algarabía, sentimientos nacionalistas superficiales, coraje, protesta, decepción, orgullo, reclamo y una relación directa con nuestro espíritu festivo.
Muchos dicen que no tenemos nada que celebrar en esas fechas; sin embargo, es necesario conmemorarlas y reflexionar con profundidad lo que nos ha pasado históricamente, pues cada movimiento armado ha tenido un altísimo costo de vidas humanas y ha provocado cierto avance (poco, para el enorme potencial que tenemos como nación). Seguir leyendo
