La caída de las redes sociales

Por Ligia Aguilar

En días pasados vivimos la caída de las redes sociales Facebook, Instagram y WhatsApp por más tiempo del que nunca había sucedido. Definitivamente a muchos nos afectó de una u otra manera, a unos por mero entretenimiento, pero a otros incluso por sus negocios que en buena parte dependen de las redes sociales y servicios de mensajería.

Además de las horas que pasamos sin poder compartir contenido, la caída de las redes sociales de Mark Zuckerberg nos dejó una serie de reflexiones, sobre todo para aquellos que han aprovechado estas nuevas tecnologías de la información como plataforma política para comunicarse con el público al que pretenden llegar.

Actualmente 100 millones de personas en México usan redes sociales de manera activa, lo que representa aproximadamente el 70% de la población, lo anterior de acuerdo con el informe Digital Report 2021 elaborado por Hootsuite y We Are Social. Estos usuarios de redes sociales están conectados en promedio tres horas y media al día.

Queda claro que las redes sociales se han convertido en parte clave de la vida diaria de las y los mexicanos. Su uso ya no es sólo para el entretenimiento o comunicación informal, sino que han pasado a ser herramientas esenciales de trabajo. Por ejemplo, del mismo reporte se destaca que el 42.5% de usuarios de internet en México, descubren una nueva marca por anuncios en redes sociales y el 64.7% busca información de una marca en redes sociales, incluso más que en motores de búsqueda.

Tomado del canal de TV Azteca

Las figuras públicas, servidores públicos y políticos tampoco se han quedado atrás en el aprovechamiento de las redes sociales. Cada vez son más los que han entrado al mundo de los videos, publicaciones, historias, “reels”, “tiktoks”, “hashtags”, etc, aprovechando las bondades que ofrece la comunicación por estos medios, como la inmediatez, el impacto, la retroalimentación que se puede obtener de los seguidores, el alcance, pero a la vez la focalización, incluso el bajo costo que puede representar comparado con lo que cuesta pagar publicidad en medios tradicionales como televisión, radio o medios impresos.

Pero, ¿qué pasa cuando las redes sociales se caen? ¿Qué pasó por la mente de los community managers? Nos obliga a replantearnos si la estrategia de comunicación depende mera y peligrosamente de un solo medio.  

Tomado del canal de Luis Ángel Hurtado Razo

Una estrategia de comunicación debe ser integral en fondo y forma. Las redes sociales son sólo un medio para transmitir el mensaje, pero el mensaje debe ser claro y sólido, suficiente para que sea capaz de transmitirse por varios medios, el mensaje pues debe ser capaz de adaptarse.

Las redes sociales que se cayeron por completo el 4 de octubre fueron, como ya se mencionó, aquellas que son parte del grupo de Facebook, como Instagram y WhatsApp. Y lo que pasó es que muchos usuarios “corrieron” a otras redes sociales como Twitter y servicios de mensajería como Telegram, para seguir comunicados y enterados de lo que acontecía en el mundo.

El mercado de las redes sociales, apps, tecnologías digitales, etc., ha crecido tanto, que ya existe una variedad de opciones bastante amplia y diversa. Aunque pareciera que muchas son iguales, la verdad es que tienen su propio nicho, lógica, tipo de contenido y dinámica para interactuar en ellas.

Tomado del canal de Grupo Fórmula

Vale la pena reflexionar, ¿el mensaje que queremos comunicar es capaz de adaptarse a otras redes sociales? ¿Cómo diríamos lo mismo que decimos en Facebook en Twitter de manera efectiva? ¿Tendría el mismo impacto? ¿Lograríamos los mismos objetivos llegando al público meta?

Algo que quedó en evidencia ese día, y todas las veces que experimentamos fallas en las tecnologías de la información, es la dependencia que como sociedad hemos desarrollado en muchos aspectos. Sin embargo, como seres humanos que hemos aprendido a adaptarnos y evolucionar, creo que siempre encontraremos nuevas formas de suplir las necesidades que tenemos como entes sociales, de hecho, así lo hemos venido haciendo.

La cuestión es entonces, entender la importancia de que nuestro mensaje sea lo suficientemente fuerte para poder migrar y adaptarse a otras plataformas, incluso fuera de la tecnología. En política, cabe también la reflexión del trabajo que se hace, si no existieran las redes sociales, ¿cómo recibiría la población el mensaje de la labor realizada y con qué impacto? Es decir, habiendo fondo, las formas se adaptan.

«No sobrevive el más fuerte, sino el que mejor se adapta. El que no se adapta, muere”.

Manuel Pimentel.

Bibliografía consultada:

Puntuación: 3.5 de 5.

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